domingo, 25 de noviembre de 2012

El tono en la enseñanza (El lenguaje de la pedagogía).



Max van Manen, el autor del libro, nos define la buena pedagogía como la capacidad de comprender con certeza entre lo que es oportuno y lo que no lo es tanto en nuestra relación y trato con los jóvenes y niños.
El autor, nos aconseja que tengamos una “sensibilidad” respecto al niño como educadores (profesores y padres). Un buen profesor, tiene que saber que todos los problemas no tienen solamente una respuesta, esa es la que busca el niño, los educadores tienen que interiorizar el problema y conducir a este hacia las posibles respuestas para que él después tenga su propia opinión. Los profesores se tienen que sentir educados continuamente, porqué siempre se va a encontrar problemas nuevos a los cuales se va a tener que enfrentar. El profesor nunca debe creer que su aprendizaje esta completo, porque si no va a creer que el de los niños es incompleto, y saber que los niños también le pueden enseñar cosas que él nunca se había imaginado y pudieran sorprenderle.
Un buen profesor, le tiene que gustar mucho su profesión y su asignatura para poder transmitir a los niños sus sentimientos a través de lo que explica, de esta forma el resultado podría ser que los niños se interesaran aun más por su asignatura.

El “tacto pedagógico” es un tipo de relación pedagógica que podemos tratar de fomentar en nuestra acción en el aula con nuestros alumnos. El tacto pedagógico podría ser considerado como la sensibilidad pedagógica que deberían adoptar los educadores hacia los niños. Tenemos que ser abiertos con los niños dejar que la clase fluya observando todos los detalles y solo intervenir cuando el caso lo requiera. Depende la circunstancia el profesor tendrá que empatizarse con el alumno y estar capacitado para hacer que mejore su estado de animo, simplemente con cariño y afecto, el niño puede mejorar su estado. El educador tiene que dar ejemplo, transmitir seguridad y firmeza, y mostrar un gran agrado hacia su materia.
El tacto y la solicitud, son “teorías” que necesitan experiencia y cierta paciencia para perfeccionarse hasta llegar actuar de la mejor manera posible.

Max van Manen, nos dice que la “solicitud” es un tipo de conocimiento específico que tiene que ver tanto con lo que somos como lo que hacemos, este conocimiento surge tanto del corazón como de la cabeza. La solicitud pedagógica se establece en una determinada forma de reaccionar, ver y escuchar a un o unos niños en cualquier situación de la vida. Un profesor debe tener clarísimo que tiene que estar pendiente de todos los alumnos, y aun más de aquellos que pasan desapercibidos en clase, esos puede que necesiten más ayuda que uno que siempre esta llamando la atención.
Los educadores para lograr una buena comprensión y solicitud deben mostrar  un gran interés, autenticidad, actividad y creatividad en sus clases y en su casa.

Un ejemplo:
Hace ya varios años, cuando cursaba quinto de primaria, un día en una clase de matemáticas el profesor después de mucho rato de aguantar mis risas y mis cuchicheos con los compañeros, se enfado conmigo y me hecho de clase. En ese momento sentí una solicitud en mi interior, de todos esos niños que hablaban me hecho a mi solo, yo no entendía el porqué de todo aquello.
Durante unos días no quería ir a clase, mis padres no entendían porque pero me obligaban a ir. Un día una profesora  del año anterior a la cual le tenía mucho afecto, se fijo en mí y vio que no estaba contento, ella muy agradable vino y me preguntó que sucedía, con tacto y sensibilidad. Yo le explique lo que me había sucedido, ella me aconsejo que tenia que estar atento en clase y escuchar al profesor que hablar cuando el profesor hablaba era una falta de respeto.
Desde entonces yo y aquel profesor tuvimos una relación muy buena. El porqué de este cambio fue debido a que la profesora también hablo con el profesor en cuestión y le hizo recapacitar de su error precipitado, le aconsejo que a los  niños se los tenía que comprender y que las cosas no se podían hacer de cualquier manera. Si el profesor, me hubiera dicho con tacto y sensibilidad que le estaba molestando, yo lo hubiera entendido y hubiera parado sin tener que pasar por unos malos días de solicitud los cuales me sentí triste y abandonado.

CONCLUSION DEL LIBRO:

Mi valoración de este libro es buena, creo que hay detalles muy complejos sobre el tacto con el alumno que es una cosa muy importante al dirigir una clase y la vida de cada uno de los niños. Creo que este es un oficio que puedes aprender muchas cosas de el, que no todo es tan fácil como explicar una materia, sino que te tiene de encantar y se tiene que transmitir tu encanto hacia los alumnos para que ellos después aprecien y les guste la asignatura como el que la explica.


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